NFT: Tokens no fungibles,
para Metaversos fungibles
¿Qué leches es un Token?
es posible que te preguntes. Y si fungible significa intercambiable, ¿por qué no decimos precisamente eso? Los caminos del marketing son inescrutables, y el branding es importante para hacerte sentir que un nuevo producto ha sido concebido. No hubiera sido lo mismo llamarlo Artículos Digitales No Intercambiables, todos lo sabemos. Incluso con palabras terrestres en mente, el concepto en sí es ambiguo y complicado, y esa es la forma en que debe ser para mantener presunciones y posibilidades. Es como el efecto del jarrón vacío: si conoces a alguien guapo, lo llenarás con tus características más deseadas en una persona, y si la otra persona se mantiene críptica y misteriosa, así será para ti.
Los artistas digitales necesitaban una forma de monetizar su trabajo, y este nuevo modelo parecía perfecto. La tecnología Blockchain permitiría la creación de una firma digital, a través de un código «indescifrable» en cada producto, y el artista podría beneficiarse en un porcentaje por cada transacción de venta de su NFT. Parecía justo después de muchos años luchando por un lugar en la industria del arte.

Pero, ¿qué sucede cuando este modelo es adoptado por compañías de producción en cadena que crean miles de NFTs cada mes?
Simplemente volvemos al punto cero.
Traducir nuestro universo analógico en el multiverso, con multinacionales tomando el control sin ninguna regulación, es el mismo viejo lejano oeste capitalista que todos conocemos. Un concurso de popularidad organizado por patrocinadores y marcas, con recursos para hacer que un producto se extienda por todo el mundo.
Miles de NFTs en cadena son creados cada día, y son patrocinados por personajes famosos, los llamados embajadores, como el popular NFT del mono de Paris Hilton, el NFT más caro de la colección Yacht Club. Cualquiera podría pensar que este buen dibujo de un mono (minuto 3:54 en el video) no vale 2,7 millones de dólares, pero sí lo vale en el momento en que París aparece en un latenight en primetime y lo vende al mundo. El milagro está hecho, y todo lo que estaba mal en el arte analógico, encuentra su camino en el metaverso.
Pero, ¿qué es el Metaverso en cualquier caso?
El Metaverso es lo que tú quieras que sea. Un grupo no definido de opciones digitales, llamadas mundos digitales, que no están conectados, aunque una gran parte de la especulación a su alrededor es la creencia de que invertir en un metro cuadrado digital de una plataforma privada, es como comprar terreno real en la tierra.
Recuerdo cómo una vez quise comprar una estrella para mi abuelo. Quería darle un certificado que dijera que una estrella en su amado y vasto Universo real era suya. Pero, por supuesto, no había una sola empresa que realmente pudiera venderme un certificado oficial de esto, todas eran estafas, como se puede imaginar a este punto. Porque las estrellas no pertenecen a nadie, así como no lo hacen los unos y ceros de nuestro querido sistema binario.

¿Qué significa esto? Que no hay un Metaverso, y nunca lo habrá. Hay un laberinto de Multi – Metaversos, cada uno gobernado por las mismas empresas de siempre: Meta (Facebook), Google o cualquier compañía en que esté Elon Musk ahora. Si no, sería una contradicción directa contra el espíritu descentralizado del Metaverso, ¿no es así?
¿Qué estamos haciendo sino apostar con una nueva moneda en el mercado de valores? Es tan bueno tener una Criptomoneda no regulada que pueden usar nuevas generaciones, instruidas por jóvenes Youtubers, que van tras el sueño de hacerse rico por casualidad o destino. Es como la ilusión utilizada por la lotería hasta el día de hoy.
Esto ya está inventado, las compañías tabacaleras invierten millones para acercarse al público joven sin que el mundo lo sepa. Saben que su supervivencia depende de ello. Y las nuevas generaciones están creciendo con la cultura de la especulación como parte de su vida cotidiana.
Y entonces, ¿cuál es el beneficio de la Transformación Digital?
Bueno, podríamos decir con justicia: todo lo demás. Detrás del muro de mala fe de la humanidad, hay una nueva tendencia que finalmente invierte en tecnología. El Metaverso se puede utilizar para el bien, ya que la deslocalización es la clave para la democratización de la cultura. Crear museos virtuales, así como abrir galerías, hasta ahora privadas, al mundo, son las herramientas de aprendizaje definitivas para poblaciones enteras con menos recursos. Y un poderoso reclamo de marketing para las instituciones culturales y turísticas que necesitaban una nueva estrategia para mantenerse con vida.

Los artistas digitales independientes deberán mantener la navegación hacia lo desconocido de estas grandes plataformas, y aunque esto está lejos de ser justo, tendrán un lugar válido en este nuevo multi-metaverso.
Burbuja o no en el mercado de valores, el desarrollo de la tecnología, como la naturaleza, encuentra su camino para establecer una nueva metodología en todos los aspectos de nuestras vidas y negocios. Solo necesitamos distinguir lo que es verdaderamente beneficioso para la humanidad y cómo podemos surfear el resto, porque el Metaverso podrá transformarse con el tiempo, incluso terminar siendo simplemente otra opción digital para entretenimiento y empresas, pero llegó para quedarse.
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